No creo en la eternidad, pero

quiero que seas quien me demuestre

que estoy totalmente equivocada.

Me niego.

 No está en mis planes confesarte

que me estoy enamorando de vos.

Que anhelo que seas 

mi compañero en esta vida.

Siendo el sostén del otro e ir a la par.

 Dejame besar cada parte de tu alma  

hasta descontaminarla.

Florecer.

 Tus ojos avellana son el reflejo

de un alma agotada, llena de 

desesperanza ante la 

cruel sátira mal llamada; vida.

Son dos agonizantes vergeles

cuya vegetación fue aniquilada.

por las crudas tormentas.

¿Alguna vez alguien se dió cuenta

en  el estado en el que te encontrabas?

¿Acaso intentaron sanarte y revivirte?

Dejame ser quien cuide y riegue la moribunda flora 

que yace en ese vejado lugar.

Dejame plantar tanta cantidad de flores

como me sea posible y dejar ese lugar irreconocible.

Quiero ser quien le devuelva vida y color a tu mirada.

Aunque se marchitase todo nuevamente,

si me das permiso de quedarme a tu lado,

lo reviviría eternamente.

Desasosiego.

 Mi nula capacidad de conciliar el sueño

ya no es causada por el calvario que vivo

por mis pensamientos.

Ahora mismo me encuentro entre 

tu sonrisa y la pared.

Una encrucijada la cual

no creo estar lista para afrontar

Lamentablemente temo que me va a resultar

muy difícil intentar escapar.

El intruso.

La tranquilidad de mi vida

se vió perturbada por un completo extraño

cuya aura me produce una sensación de familiaridad.

Noches de desvelo intentando descifrar

esta atípica conexión

la cual intento rechazar.

No puedo permitirme sentir,

no de nuevo.